sábado, octubre 07, 2006

Love at first sight: EXISTS!

Las baterías me fallaron hoy por la mañana. En más de un sentido.
Primero, vi girar el mundo en torno mío al levantarme, cosa harto extraña... e incluso pensé dejar para pasado mañana lo que podría hacer mañana, y no hacerlo hoy, como buena chica previsora a la que se le escurre la cuenta regresiva.
Después, las baterías de mi celular se pintaron de rojo, después de extenuarse con la llamada que el buen Koala me hizo a las siempre oportunísimas dos de la mañana, para decirme que se iba a aprovechar del estado etílico de alguien que, dícese, es fan de la mía persona (cortesía del Deviantart). El karma (a.k.a. Miguel ) lo obligó a hacerse pasar por un finlandés rubiopelilargo que canta LoveMetal y se perfora los pezones... yo me sigo preguntando de dónde salió la idea de que los piercings en los pezones me atraen... los que me atraen son los piercings del LABIO!!! A ver si ponen atención!!!
Y tercerísima... se me agotaron las pilas recargables en mi camino al Outlet... a los dos minutos de tomar el bus a Tlajomulco. Quise morir... o... ¿quize morir? whatever... Es en esta plaza donde comienza mi maravillosa historia...


Bajé en medio de la nada y con todo el vértigo que una mini acera de a metro, y una mini barda de similar longitud le separa al transéute del estacionamiento que se puede encontrar por allá por el fondo del barranco urbano, por lo que opté, al igual que los otros transeuntes, abogar por mi seguridad gravitacional, bajar de la banqueta y caminar a media carretera dándole la espalda al tráfico :D
Llegué a la sección de calzado que me había recomendado la doña de la casa de asistencia. Después de haber comprado mi nikon en Sanborns al triple del valor original, a su consejo gracias, no se por qué le sigo haciendo caso. Recorrí el mentado edificio, y no vi mejores precios, ni mejores especímenes de los que uno puede hallar en Plaza del Sol, misma que, dicho sea de paso, está como a ocho cuadras de mi H. vivienda, y no a ochocientos kilómetros sobre la carretera. Me dirigía despotricando internamente a la salida de la plaza, cuando la iluminación cayó sobre mí con todo y coro angelical. Venía del local de Diesel. Se me olvidó pedirle a la morra el nombre de la rola que ambientaba, en fin...
Entré, me probe cuatro pantalones, no me quedaron, volví a probármelos una talla más chica, una talla más grande, que estos me late como me arman pero estos me quedan del asco mayor y apártame estos dos en lo que sigo deambulando por la tienda... y Nell siguió deambulando por la tienda y revolvía blusas cuando le vió.
No pudo evitar soltar una exclamación, suerte para ella que nadie la escuchó.
Piel canela, forma perfecta... un poema al fashion alternativo encerrado entre vestidores y ella, congelada y expectante, sólo atinó a hacer la mayor estupidez que alguien a quien las neuronas se le descomponen por ese cortocircuito after-crush sería capaz de hacer.

Así es, mis lectores...

Pagué 2 500 pesos por la chamarra más guapa del planeta!!!! Me sentí cual Marge Simpson frente a un vestido Chanel en una tienda de descuento a las afueras de Springfield. La preciosa costaba alrededor de 6 000 bolas, pero le rebajaron el 60% porque tiene una rotura medianamente perceptible en un lugar imperceptible, so... la compré, después de fingir que me debatía internamente enfrente de la morra que atendía, cosa que dejé de hacer cuando recordé que las morritas que atienden no tienen el poder de rebajarle más feria a las cosas para que te convenzas y te las lleves. Jaja... me encantó su sinceridad cuando me mostró la rotura, "es que ve... por ésto es que tiene el 60% de descuento, no importa?" WTF??!!! Es como si llegara un wey como Jude Law, pero en guapo, y me dijera "Nell, te amo... pero debes saber que... sobre este abdomen de lavadero... tengo una espantosa cicatriz de apendicitis :( " . Qué le digo??? "Ahhh no!! Yo no quiero cacarizos!!" , cuando podría felizmente decirle "Qué es una cicatriz de apendicitis??? NADA! Yo te amo por tu valor interno" .

Cabe aclarar que aplican restricciones. El sarcasmo anterior aplica a las chamarras, porque éstas carecen de valor interno. Aunque usted no lo crea, la frívola de Nell efectivamente se fija en el valor interno de los prospectos. Su frivolidad radica en que no se fija única y exclusivamente en eso, y... ¿quieren ver mi chamarra??? :D

3 comentarios:

Anónimo dijo...

sip por que dentro de todaaaa la chamarra hay una nella interior, jajajajajajaja, la nella dentro de la chamarraaaa

Nell dijo...

Ahora entiende mi punto, señor don padreperroS? Qué bueno porque yo no entendí el suyo :/

Anónimo dijo...

Cuando alguien me a entendido al finn, mi culpa