Y Munra el inmortal me sigue dando hits...

Y como Munra el inmortal, he vuelto de las cenizas para postear después de meses de inactividad, ahi dispensen mis lectores casuales, pero esto de ser madre le come el tiempo a uno.

Seh... soy madre.

Ya pues... compré un hurón.

En su empaque original.

Echando mano de mi infinita habilidad creativa le llamé Ferretino, nomás para sentirme internacional, y porque se le quedó después del periodo de bautismo por donde se dieron cita la más variopinta selección de nombres, desde el otakusísimo elenco de deathNote hecho letras ( Eru, Neru...) hasta... el otakusísimo elenco de deathNote hecho una sola letra (L, N...). Pero conociéndome era demasiado obvio y simple... así que decidí que le pondría un nombre obvio y simple que fuera entendido incluso por aquéllos que no me conocen.

Tener un hurón es cosa rara. Es como andar con uno de esos vatos libres como el viento: son muy inteligentes, pero nunca hacen lo que te gustaría que hicieran y aprenden en tres patadas cómo manipularte.
Ferretino no entiende cuando le digo Ferretino, no acude a mi cuando le hablo ni se está quieto cuando lo amordazo y le pico las orejas por dentro con un palito... pero ya sabe cómo salirse de su jaula, dónde está la comida y cómo hacerle para salirse del baño cuando lo dejo ahí encerrado, mismo que es todo un proceso de observación analítica y maquiavelismo. Como los hurones huelen feo si están sucios, procuro limpiarle los pecadillos lo más pronto posible. Aaahhh ps Ferretino se dió cuenta de eso, tonz cada que el macetón quiere salirse de baño, va, se caga en una esquina y me rasca la puerta para que yo abra y me dedique a limpiar su cochinero en lo que él se dedica a deambular por el cuarto. Si hasta parece que la entrenada es otra...

Y el pecado se hizo carne... pasitas y croquetas Mazuri Ferret Diet.
Si estás comiendo: ¡Provechito!