jueves, marzo 16, 2006

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El efebo en las artes, el paréntesis andando por los jardines y los cuervos colgándose en las vísceras.
Siluetas que sugieren formas de hijos no paridos, veinte metros de distancia del pasto al mito edípico...
Y la memoria se vuelca al contacto físico, que en devenires etílicos los cuervos no revolotean.

Los cuervos no revolotean.
Los cuervos no revolotean.
Los cuervos no revolotean.

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