jueves, septiembre 14, 2006

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Hay plagas irritantes que vienen por docena: los niños de las excursiones a lugares públicos, el salpullido y las moneditas cambio. De estas últimas pululan centenares entre mis pertenencias, se las puede encontrar feliceando en el ambiente ya sea en el suelo, dentro de los envases de rollos fotográficos tradicionales, en el bolsillo chiquito que viene por default en los pantalones de mezclilla... a menos que sea un falso bolsillo. Me castran los pantalones sin bolsitas. Irónicamente, mis pantalones favoritos están forrados de falsas bolsas y cierres que no dan a ninguna parte, tan metafóricos ellos.
Mi vida es rica en moneditas cambio, como íbamos diciendo... y como ellas de repente habitan en lugares insospechados, un día de éstos me dediqué a olisquear por los rincones a ver cuántas me hallaba.
Desde las entrañas de mi cartera de toda la vida, me encontré ésto:

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Me lo dió antes de que comenzara la clase de Cerámica, por allá por los Tlaquepaques. A diferencia mía, las moneditas cambio le habían fallado y necesitaba dinero para comprarse un "jugo" de ésos a los que el entrecomilleo les sienta bien, mientras yo, zotaquísimo tapón de alberca de sana alimentación y abundante en moneditas cambio, me preguntaba cómo era posible que me sacara 27 centímetros de estatura alimentándose de ese modo. Como en ese entonces Alemania era a mí lo que Finlandia es... a mí... ahora, haciendo acopio de tal información, me propuso le intercambiara unas cuantas de mis moneditas cambio por el espécimen de la foto aquí arriba, para que a su vez, pudiera intercambiarlas con el don de la tiendita a ver si le daba su nutrijugo.
De esto va para cuatro años.
La monedita cambió su valor y peso en significado, se volvió talismán, objeto de adoración, recuerdo e idolatría. Creo que nunca se lo dije. Creo que estaba esperando el momento adecuado, pero nunca llegó. Creo que me hubiera gustado que lo supiera.

Hubiera.

¿Que cual es el valor actual de la monedita? 13,97 pesos a la compra, por supuesto!
Probablemente todavía me acompañe a donde vaya, al igual que mi vieja cartera negra, y mis diskman pasados de moda con el super novedoso sistema de sujección vía maskingtape que le improvisé desde que mi madre lo dejó caer por allá por la Riviera Maya, hace cosa de... dos años?? No se. Mi frivolidad no alcanza a cubrir gastos por gadgets de última generación, por lo que, ¿quién sabe? Quizá la monedita termine acompañándome por el resto de mis días. Quizá se vaya en la comisión diaria del Hostal, o en un pretzel. Abran sus apuestas.


Hablando de apuestas... no estoy hecha a los juegos: ni a los de azar, ni a los de video, ni a los anímicos, ni a ningún tipo de. Ahora me dió por apostar con mi elfo,
si pierdo, habré de darle una foto de mi petit persona como Dios me trajo al mundo... pero ahora que lo pienso... ¿y si gano? NO QUEDAMOS EN NADA!!!

Golpeénme!

Volviendo a las metamorfosis valorativas, ¿Qué pensaría un emo al respecto?
La respuesta a la interrogante:

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nella is emooooo