jueves, noviembre 30, 2006

Cebamiento protocolario

Recuerdo esa noche que era más bien día vestido de darkitud en el que hablaba con mi elfo sobre los engranajes de este mundo generoso y sus manierismos. El me empaquetaba las leyes universales por docena, y se le ocurrió meter una ley curiosa entre la gravitativa y la de murphy, mientras yo hilvanaba mi teoría sobre las gesticulaciones reveladoras, que todos en esta tragicomedia vivencial poseemos, cual Tambor amigo y cuasipatiño de Bambi, un gesto físico que delata nuestros estados de ánimo. Metía mi elfo una ley curiosa entre la gravitativa y la de Murphy, como íbamos diciendo. No sé qué nombre reciba, pero la idea, maso, es que... cuando deseas algo con todas tus fuerzas, terminas por obtenerlo, no matter what.
Quizá sea material para la siempre indulgente torcedura ocular ambientada por un sonoro "pfff" y que no te extrañe, que los elfos habitan los cuentos de hadas... sin embargo, haciendo retrospectiva y exprimiendo todo el azulado de mi doriezca memoria de pez japonés, noté que, efectivamente, todo lo que la mía persona ha deseado con todas sus fuerzas, ha ido a parar a sus tamborileantes manos (que eso haya sido para bien o para mal, es otra historia).

Me imagino de repente que cada quien posee su tanque de potencial invocador, por aquello de que hay quienes puedan asegurar categóricamente que la ley que empaquetó el elfo es publicidad engañosa y exijan su dinero... o cuando se dan intereses contrapuestos. Y si bien mi potencial invocador es bueno, no es ni remotamente tan bueno como el de mi elfo.

Decíale yo esta tarde cuan ansiosa estaba por asistir a cierto evento, donde cierto escritor favorito daría lectura a dos voces junto a cierto actor famoso... y decíale también que tenía unas ganas enormes de hacer un digital painting de cierto libro, utilizando la imagen de dicho actor como referencia. La meta: entregarles una impresión a cada uno. Bambiezcamente, mi elfo soltó un esbozo sonoro que interpreté de inmediato. Alguien no compartía precísamente mi emoción... y psss queeeeee tristeza, pero el año pasado me perdí la conferencia de este compadre y esta vez NO ME LA VOY A PERDER!!

Tonz sale la Nella feliz y contenta con los archivos de impresión de esa tesis que mañana temprano entrega, con tres horas acolchadas y faltantes para el evento, pensando en que su odisea quinceminutera le daría tiempo suficiente de conseguir los mejores lugares del sitio.

Error, que Murphy y la ley del elfo han parido problemas técnicos y de transporte, y que si te traigo el opalina en tabloides ¿me cobras menos de los 900 pesos? ¿que no tienen ese papel en Office Depot? ¿Crees que lleguemos a tiempo al HiperLumen al otro lado de la ciudad? ¿Crees que regresemos a Copytek antes de las 7? Tenía que estar hace 34 minutos en otro lado, ¿crees que te tardes mucho? ¿Cómo que los archivos no encuentran las imágenes linkeadas? ¿Cómo que no hay parada aquí y me dejará bajar a la vuelta después de dos cuadras?

Llegué al punto de reunión con los demás asistentes a las 8:03... dado que la lectura era en el centro de la ciudad a las 8 en punto... dándome cuenta que a los demás les aconteció una odisea similar.

Harto poderosas son las voluntades élficas.

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