Codename: Homeromóvil

Y que se llega la revisión del proyecto. Y que nos llueve el cerro de cambios. El más autoexplicativo fue el cambio del nombre clave del proyecto, que desde hoy se llamará "Proyecto Homeromóvil".

Quiero que el claxon toque "La cucaracha"

Con aquéllo de que "el cliente siempre pierde la razón", nos hemos dedicado a sentirnos cual diseñadores contratados por Juanelo, y asentimos a todos y cada uno de los caprichos que se nos enlistan.

Dramatización.

Lo que me temo, es que va a quedar un proyecto muy a la enchúlame la máquina, donde las cosas quedan 100% al gusto del dueño, pero el resto de la población no se identificará.

(8) La cucarachaaaa!! (8)

Al cliente lo que pida, y mientras me pague y me ahorre la chamba de pensar en conceptos que le lleguen a los diferentes sectores de la población, yo feliz... aunque añoñen los conceptos épicos poniéndole ropita a los animales.

Qué te hicieron, Jack??

Eso sí, donde no seré feliz - y vaya que la veo venir - es cuando la banda (A.k.a. cliente final) diga "qué ñoñada" y se nos acuse a nosotros por hacer mal diseño, cuando el hecho es que no nos están aprovechando como concept artists, sino como prótesis a distancia de alguien que no tiene ni la más remota idea de qué va un concept.

Me guié por su servilleta, Skinner

Como de seguro les dio hueva ver el video de arriba, panda de huevones, habré de decirles que trata sobre un mundo hipotético donde no existe la señal de alto, y se le encomienda a un diseñador hacer una propuesta... misma que termina siendo un collage de todas las ideas que la agencia impone. La agencia termina feliz con el diseño y los coches siguen estampándose entre sí por aquéllo de que el cagadero visual que le latió a la agencia no resuelve el problema que se buscaba resolver en un inicio. En dicho video, el comentario más favoriteado del canar youtubero es el siguiente:

In my experience too. Aunque yo diría mas bien que es error común de primerizos. La penúltima vez que me pasó algo similar fue con unos italianos que iban a lanzar su primera novela... y ofrecían pagar sólo 200 € por la portada. La última, con un gringo que quería un fotomontaje de un retrato suyo a la ávatar de James Cameron, no quería dar anticipo, andaba regateando el precio y terminó mandándome una captura de webcam para que trabajara con ella... que para los no letrados en diseño, es como si yo les pidiera que me cocinaran un omelette para 8 personas y les diera nadamás un huevo, esperando que ustedes pusieran el resto de los ingredientes y, además, regateando el precio.
Hay banda a la que la lógica nomás no se le da. Mundo generoso