lunes, marzo 26, 2007

Tonight we dine in HELL


Me castra el chirriar de llantas de los coches. Sep: ese ruido hinchapelotas que sale el asfalto cada que un lucido sin mayores logros en la existencia decide soltar castigando a su auto para sentirse poderoso. Dícese que el sentimiento muta en su exacto opuesto cuando eres tú el lucido intrascendental tras el volante que hace chillar neumáticos... eso yo no lo sé, nunca lo he hecho... lo que sí he hecho es pararme el cuello a costa de haber leído una obra literaria antes de que ésta fuese llevada a la pantalla grande, y salir despotricando de cómo se pasaron la obra original por el arco. Sep... también para sentirme importante. Y este acto, al igual que el chirriar de llantas, es indescriptiblemente molesto para el transéute ocasional al que se le paran nuestros sonidos por las orejas.
Si bien hay contadas personas que, por efecto de sentirse importantes tras un "yo me leí la novela gráfica de Frank Miller, véanmeeeeee!!", salieron tirándole mierda a 300, lo cierto es que es una cinta imperdible, y tú un pobre y triste bratracio si no la has ido a ver.

Nos encontramos con personajes que rompen el cliché unidimensional que este tipo de películas suele ofrecernos: las mujeres tiernas y abnegadas que sólo sirven para que las maten y abusen y los héroes vayan a clamar venganza son sustituídas por reinas de carácter, los megalómanos guerreros gritones 100% fuerza bruta son sustituídos por megalómanos guerreros gritones 100% fuerza bruta con más de un mismo track - victoriavictoriavictoriavictoria - dándoles vueltas por la cabeza... en serio! El medio minuto de película en el que se muestra a un Leónidas agonizante que le dedica el último aliento y pensamiento a su adorada es más conmovedor que las dos horas y pico de Música y Letra que Sara Alicia Mazariegos me obligó a soplarme... y por si ésto fuera poco, le dan un giro al género en asunto de batallas: pues mientras la epicidad en el cine lo resuelve todo con una cámara frenética que te muestra practicamente nada mas allá del concepto de que se están agarrando violentamente a trancazos, en 300 puedes observar un slow motion sublime de cómo, con toda la gracia y poesía visual del universo, se están dando en la madre (si fuera humanamente posible, le pedía matrimonio a la escena del coordinado).

No chulearé la atmósfera visual ni los diálogos ni el guión, porque sería repetir por quincoagésima vez lo que ya se ha dicho en sinnumero de lados... por lo que pasaré a chulear el sentido de la ironía, y esa voz tan sexy que le han dado a Xerxes... que casi me derrite como me derritió aquél varón de 16 pixeles desde que entró triunfante en el castillo diciendo "I've come to put an End to this" ...con esa voz tan sexy que sólo un director de audio con un excelente gusto para los actores de doblaje le pudiese dar. Viva la edición de audio!! (No, no me latió Xerxes... me gustan andróginos, pero no de "ese" andrógino).

Por último... tengo una duda que aqueja mi existencia: ¿Será México el único país donde las salas de cine rieron a carcajadas en esta escena?


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"No es mi látigo lo que mis esclavos temen"


Lanzaré una encuesta en el deviant :D
Resultados en el siguiente post!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por segunda vez toy de acuerdo contigo en lo referente a una película.

y en cuanto al Put.. Xerxes, jejejeje ya lo comente en DA.

cia

Josué Matamoros G. dijo...

esta batiduendando ustedddd