De Egos emponzoñados e introducciones jocosas

Todos tenemos placeres culpables: esas cosas o actividades que uno no confesaría - incluso, esconderia -en público, actividades que sabes que están mal, pero igual las haces y disfrutas. Yo cuento con varios: desde disfrazarme en Halloween hasta ser fanclosetera de Lady Gaga... ok, nomás de PokerFace, aunque me encanta lo Scene de la morra and I want to hold it like they do in Texas plays.

Fold em' let em' hit me raise it baby stay with me
I love it!!

Uno de ellos, como ya se sabe, es el trolleo blogguero. Hace poco una morrita se tomó esto de los internets demasiado en serio y se dedicó a hacer research de mi vida, para recopilar material con el cual "tirarme mierda", cosa que se puso a hacer con dedicación y esmero, ya tirándole a Twilight, como si fuera la quintaesencia de mi vida...

Jojojojojo

... o quoteando una frase que en su momento me cagó el dia, dicha por un wey que me latía, como año y medio antes de graduarnos de la carrera y mucho antes de la saga de los extranjeros. Por aquél entonces, él estaría empezando su servicio social, mismo que consistía en hacerle la imagen corporativa a un restaurante de comida oriental llamado Okuma, que apenas empezaba. A la fecha, es una cadena con 5 sucursales.

como han pasado los añooooss
las vueltas que dió la vidaaaaa
Nuestro amor fué decreciendooooo
Yakimeshis estaria comiendoooooo

Gracias a que Eero en su momento me cultivó en el fino arte de la discreción, no hay registro de mi vida personal en la red desde el 2006... por lo que los datos dispersos en la red datan de mis épocas universitarias y pre-universitarias, lo cual, para alguien con mi memoria, constituye un bonito recuento nostálgico. Y tan nostálgico fué el recuento que, inspirada por la dedicación de mi famsss, decidí googlearme a mí misma para ver qué aparecía, y BOLAS, que me encuentro con el blog de unos italianos que me dejaron bailando con lana.

Hace meses me contactaron para que les ilustrara la portada de un libro. Me pidieron precio, me dijeron que eran una editorial independiente que apenas estaba empezando y no tenian mucho varo, me mandaron el escrito, me latió, les dije "va", le hice una rebaja considerable a lo que suelo cobrar, por aquéllo que el guión se me hizo mono, y empezamos las negociaciones.

La portada era sobre un wey de cuarenta y tantos, con genes de hiena, muy del tipo de los personajes mitad animal, mitad persona que suelo hacer... con poderes mágicos y que estuviera apuesto tipo George Clooney. Pidieron que tuviera orejotas carcomidas, que el bigote se le pronunciara hasta cruzarle el cuello, y demás especificaciones concretas, en un ambiente de luz y magia.

Dramatización

Después de recibir la imagen, me sacan que no es lo que buscaban, que el wey está muy peludo, que la ambientación la querían de noche (sehh, aunque me escribieron el "luz y magia" hasta que les sangraron los dedos), que pusiera la mano en otra posición, que querian ver el torso del personaje y que no era "appealing" para el mercado italiano. Casi casi "vuélvela a hacer". Hice acopio de las instrucciones que me dieron, de cómo las seguí al pie de la letra, e hice un recuento de cuántos cambios podía hacer sin bronca, y cuales requerirían un costo extra.
Se emputaron.

Primero, que debia de aprender a aceptar críticas - una cosa es una crítica, otra es un cambio radical a la imagen - luego, que porfas de corazón a corazón, de mente creativa y sensible, a mente creativa y sensible, con musiquita de violín de fondo y toda la cosa, porfis haz los cambios, busca en tu alma... pero dile a tu alma que le apure porque mandamos a imprimir en tres dìas.

Como no cedi, se desaparecieron.
Ahora me entero que contrataron a otra ilustradora para hacer la portada, que la neta está muy chida, me late más que lo que yo hice:

Probablemente se deba al hecho de que no es el personaje que me pidieron ilustrar, sino uno de la reserva especial de la morra que ya tenía hecho:

Los weyes andan diciendo que este personaje le dió al superclavísimo a lo que ellos tenían en mente... aunque no se vea el trazo hienístico, aunque no tenga orejas grandes ni musculatura. De haber sabido que les latían los weyes metrosexuales MeVesYSufresNoParezcoDe40yTantos - que dicho sea de paso, son mi especialidad - nos ahorrábamos todo el pancho.

En fin, así es esto del abarrote.