jueves, enero 29, 2009

629-1

Tengo una condición especial. Dicha condición me limita laboralmente, por lo que el 90% de los trabajos no son para mí, de ahí que no tenga un trabajo fijo y a la medida sólo me queden el freelanceo y las tres horas de clase que doy a la semana en un instituto de modas. Tal condición se llama zanganitis crónica y, entre otras restricciones, me dota de una imposibilidad impresionante para levantarme por las mañanas antes de las 11:00.


Peleando heróicamente contra mi condición me encontraba ayer, cuando salí de mi casa 10 minutos tarde hacia mi H. Recinto de la Moda Tapatía. Una victoria más contra el reloj y mi media hora usual de impuntualidad. Entonces se abrieron los cielos, Dios se asomó y dijo "NELL: TE ODIO": por lo que me dotó con el poder de la invisibilidad, mismo que causó que dos finos representantes de la ruta 629-1 pasaran de largo ante mi mano estirada... incluso el segundo se limitó a mamasearme con las pupilas y ni así fué para darme parada el pinche hijo de la verdura.

La tercera fué la vencida y pude tomar el maravilloso colectivo, cuando de repente, a tres cuadras de los Arcos, a un trailer de dos segmentos se le ocurrió ver si cabía en una cochera pequeña siguiendo el ritmo armonioso de las mil y un mentadas de madre en concierto para cláxon. Al finalizar éste, nuestro conductor autobusero estrella estaba tan histérico que decidió pisarle, pasándose dos altos, casi atropellando a dos señoras, un wey con una PC bajo el brazo, un puesto de gazpachos y casi impactandose contra la barra de contension de una glorieta.



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Rápido y Mugroso


Ví la muerte. No la había visto desde la vez que fuimos a Maruata y Carlo volteaba con permanencia al asiento trasero del coche para vernos las caras mientras hablábamos, por aquéllo de que es una grosería no ver a alguien de frente mientras hablas, pero creéme popoloteaux, mientras manejas en carretera estás más que disculpado.
Al final me convino, porque de tanto que le pisó llegué sólo cinco minutos tarde.
Y esta es la historia de cómo el cosmos conspira para que no quedes mal, aunque te valga madre. Pero aahhh no sea algo importante porque así te pares de manos no llegas ni a madrazos!!

1 comentario:

Silvia Black dijo...

oh si, lo recuerdo como si fuera ayer... yo con mi manita estirada a las 6:30 am congelándome tratando de llegar a la escuela y los choferes de autobús riéndose de mi echando carreritas entre ellos...
es lo mejor de tener auto, no tener que esperar
y yo también siempre llego tarde a todos lados jaja XD