Ya lo dijo el Jardín Salvaje en su momento: en la línea telefónica puedes ser quien sea, lo que sea que quieras ser. La virtualidad no es diferente.
Quizá en la vida real seas una mujer hermosa, alta, pelirroja, de blanquísima sonrisa, gran carácter, pestaña postiza y peinado de dos horas que sabe hacerse pasar por natural y arrebatar miradas masculinas en tiempo récord... con un blog más yermo que la zona del silencio. O quizás seas esa mujer en la virtualidad y la realidad te quede corta. Tal vez en línea seas el seductor más admirado por la comunidad masculina, y en la vida real sólo te dediques a venderle tips a los pagafantas, aprovechándote de su condición desesperada (cof, cof, naxos, cof).
Yo, a ratos, soy cyberBully.
Tengo sin embargo mis reglas:
1. No insultos baratos/majaderos.
2. No anonimato.
3. No gratuitamente
4. Siempre partir de algo concreto
En sí, rara vez molesto por molestar (a menos que alguien empiece, depende de mi ánimo decido si le sigo o no el juego), por lo general me da por opinar sin pelos en la lengua y tirar caca si considero que es menester... y por mucho que el receptor venga a decirme algo bonito a ver si me apacigua, si mi comentario es honesto, lo mantengo. Las ventajas de ser ajeno.
En la vida real, uno no puede hacer eso sin que le caigan las consecuencias encima: uno no puede decirles a sus amiguis de Amnistía Internacional que su material de apoyo dirigido a un publico de convencidos raramente va a hacer algún cambio, no porque no se pueda, sino porque ellos en concreto no tienen el tiempo, ni la inventiva -ni la vocación, dicho sea de paso - para hacer algo en forma que realmente haga un cambio, y que su necesidad de "salvar al mundo" huele a quinientos kilómetros a pretexto para satisfacer otra necesidad harto diferente y mucho más mundana.
Puede ser desde la simple necesidad de sentirse útil, hasta ligarse a alguien que está metido ahí, o querer demostrarle sabequécosa a sabequiénmierdas, a saber... pero mientras sea esa la motivación real, y no hacer un cambio per sé, las cosas se sienten postizas y carentes de compromiso, y uno no voltea a verlos pensando "qué maravilla que haya gente que se preocupe por el mundo!", uno piensa "esa postura de 'me preocupo por el mundo, ergo, soy mejor que tu' hace pensar que están más preocupados por ser mejor que uno, que por el mundo en sí".
En la vida real, no les digo a mis amiguis lo que pienso, pues sé de antemano que no se lo van a tomar a bien. Ellos por su lado arman eventos de estos, no me invitan, pero me llaman cuando terminan para invitarme a pistear argumentando, no que no quisieron invitarme al evento previo, sino que se encontraron todos "por casualidad". Y así la tolerancia y las mentirillas blancas (o la omisión de la verdad) nos permite convivir armónicamente los unos con los otros...
... excepto con ustedes, que son una bola de nicks y no importan :)
Quizá en la vida real seas una mujer hermosa, alta, pelirroja, de blanquísima sonrisa, gran carácter, pestaña postiza y peinado de dos horas que sabe hacerse pasar por natural y arrebatar miradas masculinas en tiempo récord... con un blog más yermo que la zona del silencio. O quizás seas esa mujer en la virtualidad y la realidad te quede corta. Tal vez en línea seas el seductor más admirado por la comunidad masculina, y en la vida real sólo te dediques a venderle tips a los pagafantas, aprovechándote de su condición desesperada (cof, cof, naxos, cof).
Yo, a ratos, soy cyberBully.
Tengo sin embargo mis reglas:
1. No insultos baratos/majaderos.
2. No anonimato.
3. No gratuitamente
4. Siempre partir de algo concreto
En sí, rara vez molesto por molestar (a menos que alguien empiece, depende de mi ánimo decido si le sigo o no el juego), por lo general me da por opinar sin pelos en la lengua y tirar caca si considero que es menester... y por mucho que el receptor venga a decirme algo bonito a ver si me apacigua, si mi comentario es honesto, lo mantengo. Las ventajas de ser ajeno.
En la vida real, uno no puede hacer eso sin que le caigan las consecuencias encima: uno no puede decirles a sus amiguis de Amnistía Internacional que su material de apoyo dirigido a un publico de convencidos raramente va a hacer algún cambio, no porque no se pueda, sino porque ellos en concreto no tienen el tiempo, ni la inventiva -ni la vocación, dicho sea de paso - para hacer algo en forma que realmente haga un cambio, y que su necesidad de "salvar al mundo" huele a quinientos kilómetros a pretexto para satisfacer otra necesidad harto diferente y mucho más mundana.
Puede ser desde la simple necesidad de sentirse útil, hasta ligarse a alguien que está metido ahí, o querer demostrarle sabequécosa a sabequiénmierdas, a saber... pero mientras sea esa la motivación real, y no hacer un cambio per sé, las cosas se sienten postizas y carentes de compromiso, y uno no voltea a verlos pensando "qué maravilla que haya gente que se preocupe por el mundo!", uno piensa "esa postura de 'me preocupo por el mundo, ergo, soy mejor que tu' hace pensar que están más preocupados por ser mejor que uno, que por el mundo en sí".
En la vida real, no les digo a mis amiguis lo que pienso, pues sé de antemano que no se lo van a tomar a bien. Ellos por su lado arman eventos de estos, no me invitan, pero me llaman cuando terminan para invitarme a pistear argumentando, no que no quisieron invitarme al evento previo, sino que se encontraron todos "por casualidad". Y así la tolerancia y las mentirillas blancas (o la omisión de la verdad) nos permite convivir armónicamente los unos con los otros...
... excepto con ustedes, que son una bola de nicks y no importan :)
3 comentarios:
Ja! Pendeja!
Tu ni a nick llegas ;)
Jajajajja que risa.... y siguen en las mismas ell@s....
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