viernes, mayo 07, 2010

Justificación.

Cuando el director de la carrera de Arquitectura tomó el micrófono, habló sobre la calidad humanista de los cortos del taller vertical, y de cómo en el Tec se le da gran importancia a eso.

Me pareció que no venía mucho a cuento.
Me pareció que era un speech de justificación, y... dado que se mencionó que yo fuí quien decidió quién se llevaba la beca de modo casi exclusivista (fuímos tres, pero se me mencionó sólo a mí) creo adivinar el por qué. No es la primera vez que me toca dar la cara, y como acostumbrada estoy, venga, la damos.


Yo no soy chica Tec, me formé en el ITESO, donde se toman la condición humanista muy en serio y llevé tópicos como Introducción al Problema del Hombre, Introducción al Problema social, Realidad Nacional I y II... y otros tantos como Taller de Diseño IX donde el título era sólo una formalidad y el taller trataba sobre el desarrollo personal. Fuí a conferencias sobre distintos tipos de religiones, fuí a asilos de ancianos a platicar con los viejitos y fuí a las escuelas primarias públicas a jugar con niños. Paralelamente, me desarrollé en lo que me gusta: el digital painting. Entré a comunidades virtuales, compartí con artistas alrededor del globo, entré a cuanto concurso se me puso enfrente... e incluso, cuando la guerra estalló, uno de mis compañeros abrió un sitio llamado "movimiento por la paz" donde todo el que quisiera, podría subir un cartel acorde al tema. El que subí gustó mucho, ya va para 7 años que lo hice:




Dramatización


Con el tiempo, uno desarrolla cierta sensibilidad, cierto sexto sentido que te dice cuando alguien está siendo auténtico, cuando alguien hace cosas porque le nace... y cuando alguien las hace por algún otro motivo: por culpa, por "quedar bien", porque es "políticamente correcto"... o por aprobación social.

En mis años universitarios, me tocó asistir a la conferencia de Chaz Maviyane: un cartelista oriundo de Zimbabwe, que fue expatriado por realizar carteles de conscientización:







Al terminar su ponencia, todos lo ovacionamos de pie. No fue el tema de la guerra lo que le ganó el aplauso prolongado: fue el ingenio de su propuesta, su habilidad para conmover y hacer llegar un mensaje, en resumen, su TALENTO para REALMENTE convencer al público de que algo está pasando, y algo ha de hacerse al respecto... no nadamás mencionarlo y esperar que la idea per sé haga el trabajo por él.

No esperes que una idea incómoda haga el trabajo por tí. No esperes que un tema crudo, por sí mismo, te gane el reconocimiento. Gánatelo TU.

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