domingo, julio 04, 2010

Trata a otros como quieras que te traten a tí

De los principios filosóficos populacheros, es éste el más bienintencionado e inútil de la creación y el que más quebraderos de cabeza patrocina, básicamente porque no todos queremos ser tratados de la misma manera.

Se piensa que poner un cerro de dedicación y empeño al cuidado de algo que se aprecia es lo mejor que puede uno hacer, sin embargo, en mis años de minuciosa observación y gloriosa experiencia descubrí que eso sólo sirve para 1. frustrarte, y 2. Echar a perder lo que con tanto empeño te esmeras en cuidar... especialmente cuando uno no sabe cómo cuidarlo... especialmente al cuadrado cuando uno no sabe cómo cuidarlo y cree que sí.

Cuando mi brother se graduó de la prepa, a todos los graduados les regalaron un pequeño cactus. Unos lo bautizaron, otros lo regaban, cuidaban y mimaban y había otros más que hasta le hablaban. Mi bro, con su auténtico e inigualable interés por hacerse cargo de otra cosa con vida que no sea él mismo, agarró el suyo y lo botó en la cornisa de una ventana para olvidarse de su existencia por siempre jamás. Irónicamente, el cactus más longevo de todos fue éste, el abandonado a su suerte por mi brother, muy a pesar de la triple maldición que sobre él lanzó la chica que hablaba con los cactos... y claro, su razón de ser tiene, pues por mucho que le eleves la autoestima con halagos, si riegas religiosamente un cacto cada 5 minutos se pudre, pues es planta de clima árido y está hecha a las carencias y a que se la deje en paz.


Caso aparte, tenemos a Ferretino (q.e.p.d. *sniff*), al que dejé en casa de Alephxo cuando me fui a Playa del Carmen tras la búsqueda de la propina de oro (que no existe, son los padres), y al cual vine a recoger con diarrea. Yo, como madre sobreprotectora lo llevé inmediatamente al veterinario y gasté cerro de dinero y tiempo en cuidarle una enfermedad que, pudiendo curarse sola, empeoró hasta matarlo. Después de magdalenearle mil años, me pasan el resultado de la autopsia: lo que lo mató fue el tratamiento que le dieron para el estómago: le mató el bicho de la diarrea al mismo tiempo que le devastó las paredes del estómago encargadas de absorber nutrientes, lo cual derivó en una anemia crónica. En otras palabras, Ferretino seguiría vivo si me hubiera valido madre su diarrea. Dicho sea de paso, agarró diarrea porque nunca dejé que le pegara ni el aire, que los hurones sólo deben comer pienso para hurón y uvas sin cáscara como postre, y del pienso para hurón hay que mandarle pedir del morado al DF porque el verde le saca piedras en el riñón al gato porque eso dijo el internet y debe ser cierto. Corte a: Tomatito, el hurón que le regalé a mi jefa en su cumpleaños, fresco como lechuga comiendo whiskas gatitos y lo que se le hincha la gana, yendo y viniendo a sus anchas por toda la casa y paseando su super estómago de hierro en el inter.



Dramatizacion. Como mi cell toma videos en mp4 y,
para pasarlos a
flash video tengo que meterlos a
After Effects, renderear y luego optimizar,
preferí
evitar la fatiga grabando la pantalla con Camtasia...
y editando una
maravillosa rola de Yoko Kanno
para que durara 1:38 segundos en Audacity...

... o sea maso lo mismo pero en diferente
y con software libre.



Y esa es la historia de por qué dejo que Pepito se cuide solo.

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